domingo, 31 de enero de 2010

"La vida es una cárcel con las puertas abiertas"

Que razón tenía esa média Verónica! Y como a ella, se me revuelve el estómago al pensarlo... Uno mismo comete el delito, se juzga, decide su condena y resta mirando a la puerta de la celda sin darse cuenta que: oh! sielos sielos!!! (como suele decir una amiga), la puerta está abierta.  
NO puedo hacer nada con lo que deciden los demás, ellos eligen, al igual que yo, el camino a seguir. Pero sí puedo decidir hasta donde se me puede acercar alguien, lo que quiero dar o hasta que punto estoy dispuesta a hipotecar mi propia realidad. Y sigo con el estómago revuelto... quizás por que sé que cada decisión que tomo, aunque abre algunas puertas, cierra otras para siempre. Y la celda sigue abierta.

miércoles, 20 de enero de 2010

Uno mismo

Se me hace bastante difícil distinguir quién soy. No se si le pasa a todo el mundo, es simplemente una etapa, una gran empanada mental transitoria o voy a tener que convivir con la duda toda la vida. A ver si me explico... Nadie se ha sorprendido nunca pensando, diciendo o haciendo algo que literalmente " no le pertenece"?. Pues eso aplicado a 16 horas/día (las otras 8 las paso durmiendo o pensando en porqué hago lo que hago). Es que me da la sensación que me muevo más por lo que creo que debería hacer, por lo que creo que quieren los demás y por lo que quieren, que por lo que realmente quiero yo. Y de esto hace ya tanto tiempo que, por un lado ya no se diferenciar a mi Yo del resto. Por otro lado, mi entorno está tan acostumbrado a esta situación que han tomado la costumbre de exigirme actitudes y acciones que no me corresponden. Creo que necesitaré algo más de tiempo para distinguirme entre la multitud.